martes, 19 de junio de 2007

Las Iniciaciones de Reiki




La parte más especial en un curso de Reiki es la iniciación. En ese momento es cuando se activa el canal de la energía Reiki, permitiéndote acceder a esta energía curativa a voluntad. Durante las iniciaciones se pide al alumno que se siente con las manos juntas frente al corazón, y éste notará una sensación sutil y calmada de paz y amor en la mayoría de los casos, y el flujo de la energía por todo el cuerpo y en especial en las manos, en otros casos.
La iniciación y, la práctica de Reiki, según el sistema Usui, está compuesto por tres grados o niveles energéticos:
El Primer Grado abre de forma definitiva el canal de curación a través de la iniciación o sintonización, y permite a la persona iniciada la capacidad de transferir energía, en particular a nivel del cuerpo físico, a través de la imposición de manos haciendo contacto en diferentes partes del cuerpo.
El Segundo Grado proporciona al iniciado tres de los símbolos de Reiki que son las llaves que permiten que la fuerza vital actúe en una dimensión más profunda y sutil, potenciando la canalización de la energía y otorgando la capacidad de canalizar sanación a un nivel mental y emocional, además de curar a distancia.
El Tercer Grado tiene dos fases. La primera profundiza aún más la conexión con la fuerza de vida, y permite al maestro canalizar dos símbolos maestros, además de los anteriores y trabajar con el nivel de la conciencia. La Maestría, o segunda fase, permite a los maestros transmitir las enseñanzas y las iniciaciones, y formar a otros maestros según la tradición del Sistema Usui y amplifica el canal energético al máximo.La iniciación del Primer Grado está a disposición de todos, sin ninguna limitación, y no necesita de ninguna experiencia ni preparación previa. En la práctica, la iniciación se otorga en un solo día, y consta de una iniciación donde se levantan los bloqueos energéticos, físicos, mentales y emocionales, y se despiertan y se equilibran las fuerzas de autocuración. Se alinean y armonizan los chakras, liberando así el eje de la circulación energética en los cuerpos sutiles de cada persona.
Cuando fluye la energía universal el iniciado se llena de vida y de energía, irradiando luz, fuerza, amor y sanación. La fuerza vital otorga a la persona que lo canaliza la capacidad de transmitirla a través de las manos. Este canal sigue amplificándose cuanto más se utilice, tanto para la curación consciente de uno mismo como para la de los demás, y ya no se pierde nunca, sino que se mantiene toda la Vida.
En el Primer Grado, después de la iniciación y purificación, se reciben instrucciones sobre el uso de esta energía con imposición de manos, enseñándose la secuencia para la práctica de una sesión de autocuración completa y también para proporcionar el tratamiento a los demás. Estas imposiciones de manos cubren todo el cuerpo físico, armonizando simultáneamente los cuerpos sutiles. La práctica de estas secuencias después de la iniciación refuerza la enseñanza y asegura una perfecta comprensión teórica y práctica de] proceso de transmisión energética, y permite al iniciado funcionar como canal de sanación.


No hay una forma equivocada de dar Reiki pues cuando fluye, dondequiera que se coloquen las manos, esta energía penetra en el organismo del receptor sin ninguna intervención del sanador y se dirige guiada por su propia inteligencia donde más se necesita en la cantidad y duración adecuadas. Lo que redescubre en realidad el iniciado es su capacidad olvidada de ser un canal consciente y totalmente receptivo, aprendiendo en el proceso el arte de permanecer en el silencio, haciendo sin hacer. Una vez completada la iniciación, el canal permanece totalmente abierto, y la conexión con la energía vital puede considerarse completa, inagotable e ¡limitada, y disponible para toda la vida.
El Primer Grado de Reiki actúa más específicamente sobre el cuerpo físico, armonizando el organismo y su metabolismo, y en especial los sistemas hormonales e inmunológicos. Recientes descubrimientos inmunológicos reflejan la existencia de un eje operativo entre la mente y el cuerpo como dos polaridades conectadas de la misma realidad.
Dentro de la comprensión esotérica de los cuerpos energéticos, juegan un papel muy importante los siete chakras principales, correspondientes cada uno de ellos a una o más glándulas hormonales que mantienen un equilibrio aún más delicado, pero estrechamente relacionado con el cuerpo físico a través del sistema endocrino, de la misma forma en que las glándulas interactúan con el cuerpo etérico a través de los chakras, considerando que el cuerpo es la parte visible de la mente, y la mente la parte invisible del cuerpo. Con esta comprensión holística, que es evidente para los practicantes de Reiki, podemos entender que un desequilibrio energético sutil a cualquier nivel afecta al cuerpo físico como manifestación última y más evidente. Decía Platón: "Si quieres sanar tu cuerpo, debes primero sanar tu mente."
Esto coincide exactamente con las afirmaciones que seres iluminados han venido haciendo desde hace siglos. Ellos nos dicen que hay un estado del Ser que contiene la creación y desde el cual emergió toda la vida. La energía de este estado del Ser vive en todas las cosas, y esta energía universal es lo que fluye en forma concentrada a través de nuestras manos cuando tratamos a alguien con Reiki después de recibir la primera iniciación.
En términos prácticos, el significado de esto es que el efecto del Reiki es eminente holístico, alcanza todos los niveles de la existencia, y permite colocar todos estos niveles disonantes en estado de equilibrio. Tras la iniciación de Reiki de Primer Grado, el terapeuta se vuelve un canal de esta energía ilimitada, que pasa a través de él cuando hace contacto con sus manos sobre una persona. La gente muy receptiva a menudo experimenta desde el principio sus primeras canalizaciones con Reiki como amor.El Segundo Grado de Reiki está reservado para aquellas personas que han realizado el Primer Nivel con anterioridad. La iniciación incluye el uso y enseñanzas específicas de los tres símbolos de Reiki que se enseñan en este nivel, conocidos como el símbolo de la Fuerza, el símbolo de la Luz y el símbolo del Amor, para aumentar la energía, proporcionar sanación mental y emocional, y dar tratamientos a distancia, respectivamente. Con el Segundo Grado nuestra energía se afina, aumenta de vibración, transmuta y eleva sus frecuencias, trabajando también con el inconsciente, y por otro lado nos abre a dimensiones más sutiles de la conciencia. Los símbolos ancestrales que fueron revelados al Dr. Usui otorgan las llaves para intervenir sobre la relación causa-efecto entre los condicionamientos psíquicos y mentales y los síntomas físicos. Sin lugar a duda, en la mayoría de los casos, la fuente del mal se oculta en la mente y, a veces, más allá, en el espíritu.

En el Tercer Grado de Reiki se enseñael Simbolo Maestro, para trabajar con la conciencia y el espíritu, elevar el canal de energía, profundizar y acelerar la resolución de las enfermedades y otras técnicas especiales como las parrillas de cristales, los simbolos del Anthakarana y la cirugía astral.La Maestría abre el canal energético al máximo y en ella, aparte de revelar cómo iniciar a otros, se enseñan diversas técnicas especiales de sanación a los nuevos maestros, dándose tras un año de práctica después de recibir el Primer Grado. Además se desvelan cuatro símbolos más en el Sistema Usui Tibetano.
Toda enfermedad es anímica antes de manifestarse en el cuerpo físico. Cuando el espíritu y la mente no están sincronizados, por cualquier desarmonía o malestar, afecta a todo el organismo, y comienzan a aparecer los primeros síntomas de la enfermedad. “Estar enfermo significa estar desconectado del Todo... Si alguien está enfermo esto quiere decir que ha perdido la capacidad de sanarse a sí mismo. Ya no es consciente de su propia fuente de curación. El sanador lo ayuda a reunirse con su fuente... La función del sanador es de reconectar."
Reiki funciona a todos los niveles físico, mental, espiritual y dentro de la mente consciente y del subconsciente de todos los seres humanos, devolviendo al cuerpo y a la mente a su estado de homeostasis y bienestar original. Esto ocurre muy rápidamente en los casos más agudos, y de forma paulatina cuando se trata de enfermedades y desequilibrios crónicos, y es de gran ayuda que el enfermo acepte participar de manera consciente en su propia sanación, escogiendo transformar su convicción de estar enfermo en una actitud positiva y volverse responsable de su salud. En este sentido, un profundo cambio de actitud del paciente ayuda de manera decisiva en el proceso de curación. La decisión consciente y la libre elección de curarse, saboteada a veces por resistencias inconscientes que es preciso descubrir, en muchos casos constituyen el motor principal de la recuperación y posterior proceso de sanación.
El Reiki permite a cada individuo liberarse de sus propias tensiones y de las emociones reprimidas, proporcionando un medio rápido y efectivo para eliminar la causa de la enfermedad. “Curad la causa, y desaparecerá el efecto“, solía decir la Sra. Takata.
La fuerza universal de vida es tan poderosa y luminosa que el sanador no absorbe la energía personal del paciente, a diferencia de muchos métodos de trabajo corporal, donde siempre hay que tener en cuenta el factor de retroabsorción para evitar conscientemente, a través de diversas técnicas, la transmisión de cualquier carga negativa entre paciente y terapeuta. El sanador que canaliza Reiki no puede transmitir a otros su negatividad y sus tensiones, lo que representa una de las grandes ventajas del Reiki, ya que éste fluye por un canal autónomo independiente del campo energético del sanador, lo cual permite canalizar y recibir Reiki en cualquier estado físico y mental, lo que constituye una excepción única en el mundo de la sanación. Al contrario, la energía del Reiki fluye sin ninguna intervención voluntaria, sin necesidad de concentración o de un particular estado de conciencia por parte del sanador, sólo es necesaria la disponibilidad consciente de ambas personas para darla y recibirla. No obstante, la meditación y el silencio mental que se enseñan en el Segundo Nivel ayudan, en ampliar el flujo y canalización del mismo y en la percepción extrasensorial.




LOS EFECTOS DEL REIKI



Los efectos de sanación del Reiki generalmente producen una armonización completa y multidimensional en las distintas esferas del ser humano, transformándolo y desarrollándolo interiormente:
Sé estimulan y despiertan las fuerzas internas de autosanación. Se equilibran los centros y circuitos energéticos y las funciones metabólicas del cuerpo. Se alivian las tensiones musculares y los dolores. Se liberan las emociones reprimidas, armonizándose en el proceso la esfera psico-afectiva de la persona.

Aumenta el nivel energético, proporcionando vitalidad física y anímica, revitalización orgánica y rejuvenecimiento de todo el organismo. Se produce un estado de profunda relajación, de calma mental y serenidad de espíritu. Se desarrolla y se expande la conciencia a través de un estado íntimo y progresivo de autoconocimiento.Se descubren las causas profundas del malestar del cuerpo y de la mente, llegando así a la raíz de la enfermedad situada a menudo en la dimensión psico-afectiva y existencial de la persona. Se sana el ser en su totalidad, ideal y meta de la medicina holística.En los diferentes casos, que pueden variar de una persona a otra, e incluso de una sesión a otra, tanto el paciente como el sanador experimentan vivencias absolutamente personales. Así como: sensaciones físicas de calor o de frío, flujo de energía, vibraciones, cosquilleo, emociones, imágenes, recuerdos, estados anímicos, visualizaciones, ensueños, sonidos, mensajes del inconsciente, memorias de vidas pasadas, momentos reveladores, interiorizaciones, sentimientos de paz y amor, etc., constituyen experiencias únicas e individuales que se viven por cada persona de una forma diferente.
El efecto sobre las plantas y los animales, que también se benefician de la energía universal, elimina la posibilidad del efecto placebo. También se han hecho experimentos con semillas y germinados, que se desarrollan mejor al ser tratados con Reiki. Una demostración científica clásica son las fotografias Kirlian, que tomadas antes y después de un tratamiento, y, sobre todo, de una iniciación de Reiki, demuestran que tanto el sanador como el paciente o alumno han aumentado notablemente la luminosidad, densidad y tamaño del aura. El practicante de Reiki rebosa de salud física y mental después de los tratamientos, embelleciendo cada vez más cuanto más recibe o canaliza esta fuerza universal del Reiki.