miércoles, 20 de junio de 2007

La manera de los Guerreros Indigo



Los Destructores de Sistemas - Por Celia Fenn

“Niños Índigo” es el nombre dado a un grupo muy especial de seres que han elegido encarnar en nuestro planeta con una misión y un propósito específicos.
El nombre de “Niños Índigo” se refiere al color del alma Índigo, el cual indica un Alma Maestra que sirve como maestro o sanador. Cada Niño Índigo emprende esta misión de enseñar o sanar de alguna manera, con frecuencia simplemente siendo quien sea él o ella.
Los Índigo han estado viniendo a nuestro planeta por mucho tiempo. Algunos argumentan que Jesús y Buda eran Índigos, ya que sus misiones, a una escala global, fue enseñar y sanar, y cambiar la conciencia de la humanidad.
En un pasado reciente, los Índigo comenzaron a encarnar en el planeta en incrementadas cantidades después de la Segunda Guerra Mundial, para la preparación del cambio global que estamos experimentando ahora. Ellos encarnaron entre la generación del “auge de los bebés” en los cincuenta y nacieron para el “florecimiento de los niños” de los sesenta. Sin embargo, en esta etapa no había suficiente cantidad de ellos en el planeta para crear cambios significativos.
Después, en 1970, llegó la primera “ola” de generación de Niños Índigo. Estos seres ahora están en sus finales de los veinte y principios de los treinta, y son la generación del “guerrero” real que ha comenzado el proceso de desafiar y cambiar los viejos sistemas.
Fueron seguidos en los ochentas y noventas por Índigos de incrementada sensibilidad y refinamiento, hasta finales de 1990 y al principio del 2000 fue cuando se les unieron los Niños Cristal, un tipo diferente de guerrero espiritual.

Cómo Reconocer un Índigo

Con frecuencia se me pregunta en el curso de mi trabajo cómo reconocer a un Índigo. La respuesta obvia sería verificar el color del aura. Pero no, no todos los Índigo tienen auras azul oscuro todo el tiempo. El término “Índigo” se refiere al estado del alma y no al color del aura, el cual en el humano promedio cambia día a día dependiendo del humor y el interés. Loas clarividentes que leen el alma establecen que son capaces de identificar a los Índigo.
Sin embargo, es fácil identificar a un Índigo por su sensibilidad, creatividad, espiritualidad y patrones generales de comportamiento.
Cuando niños, ellos lucen como otros niños, aunque con frecuencia son bellos físicamente con ojos penetrantes. Siempre son altamente inteligentes y llenos de preguntas y exigencias. Ellos son energéticos y activos y tienen voluntades fuertes y un fuerte sentido de su propio valor e importancia. Ellos saben que son especiales y que están aquí para hacer algo significativo.
Ellos están orientados por el lóbulo derecho del cerebro, y generalmente son atraídos a las ocupaciones de éste tales como música, arte, escritura y espiritualidad. Ellos adoran los cristales y el reiki y la meditación y el yoga.
Son muy apasionados e intensamente leales a sus amigos, de los cuales siempre tienen muchos. Ellos creen en la honestidad y la comunicación en las relaciones. Con frecuencia son confundidos por la deshonestidad y la manipulación y otras formas de comportamiento egoísta considerado normal por sus mayores.
Su actitud hacia el dinero es o rechazarlo ya que es innecesario o estar muy concientes de su poder y buscar crear, con frecuencia exitosamente, afluencia para ellos mismos.
Una característica clave de los Índigo con frecuencia es la ira. No seguirán órdenes por las tan llamadas “figuras de autoridad”. En un nivel profundo, los Índigo no reconocen la “autoridad”. Ellos saben que todos somos iguales, entonces son enfurecidos por aquellos que asumen la autoridad y se comportan dictatorialmente, ya sean padres, maestros o jefes.
Es aquí donde son importantes como maestros – nos están enseñando a apropiarnos de nuestro poder y a respetarnos a nosotros mismos, no cediendo nuestro poder a aquellos que lo exigen. Nos están enseñando más allá a valorar nuestros seres creativos y espirituales y no colocar mucho valor a los logros materiales.

El Niño Índigo

El Índigo como niño es activo, energético e imaginativo. Se pueden entretener ellos mismos y jugar en su propio mundo por horas. Con frecuencia tienen amigos imaginarios, y adoran a las hadas y los delfines.
Los niños con frecuencia tienen más de una tendencia hacia el comportamiento hiperactivo y destructivo. Esto está probablemente determinado culturalmente por la necesidad de nuestra sociedad por expresar el dominio del hombre, el cual es adquirido por ellos a una etapa temprana.
La inteligencia excepcional de los Índigo puede ser exasperante para los adultos. A ellos no se les dirá “qué hacer”, sino que querrán debatir y negociar cada instrucción. Hasta que el padre aprenda que se le está enseñando a respetar el derecho a elegir del niño, y honrar esa elección, ellos continuarán confrontándose en cada oportunidad con la lucha de poderes y batallas de voluntad.
La forma correcta de manejar a un Índigo es estar deseoso de negociar, explicar y ofrecer opciones. Las instrucciones vacías de “haz lo que se te dijo” solamente producirán hostilidad o indiferencia.
A los Índigo con frecuencia no les gusta la escuela intensamente. Se aburren con el paso lento (para ellos) y las tareas repetitivas consideradas adecuadas para los niños por los maestros que no entienden su inteligencia.
Ellos batallan con la autoridad y la presión social, que pueden ser bastante agobiantes para un alma índigo joven con poco entendimiento real del “poder sobre otros”, de los estados comunes de dominación y sumisión para la sociedad de la Tierra.
Los problemas experimentados en la escuela incluyen el DDA y el DDAH, un resultado del aburrimiento y la irritación. Aprender incapacidades como la dislexia con frecuencia también reflejan las formas de ser y pensar utilizada por los Índigo.

El Adolescente Índigo

Como la mayoría de los adolescentes, los Índigo alcanzarán la transición del estado de pubertad y se volverán mal humorados e introvertidos ya que su cuerpo cambia. Sin embargo, en esta etapa, los Índigo jóvenes con frecuencia comienzan a ver a través del intenso materialismo y los dramas de víctima que forman la bases de la mayoría de la vida de los adultos en el mundo moderno.
En este punto ellos con frecuencia se “desconectan” de estos estilos de vida y optan por “alternativas” que consideran con más significado o más divertidas o sólo simple reto a los adultos.
Desafortunadamente, muchas de estas incluyen la cultura de las drogas y varias fiestas de trance que incluyen estados de felicidad inducidos químicamente que son cortos y provocan adicción.
En este punto, el adolescente está expresando su ira y rechazo a un sistema que no ofrece nada de valor al alma índigo. Los padres pueden llevar a sus hijos a programas de Rehabilitación, pero ellos en realidad necesitan en verdad preguntarse por qué tales seres inteligentes y creativos con frecuencia parecen querer auto-destruirse.
Otra forma de comportamiento adolescente auto-destructivo sucede cuando el niño enfrenta los valores de los padres y busca sobrellevarlos. Esto puede ser alarmante, ya que los Índigo por naturaleza son dotados y talentosos de manera excepcional. Estos Índigo con frecuencia desarrollan fenomenales habilidades académicas y técnicas para ganar reconocimiento y éxito, pero sacrifican el desarrollo emocional lo cual puede dañar enormemente más adelante su vida cuando busquen crear uniones significativas.

El Adulto Joven Índigo

En sus veintes y a principios de sus treinta, los Índigo generalmente caen en uno de los dos grupos.
El primer grupo sigue un camino “feliz” y crea afluencia, generalmente a través de una carrera en TI o las Artes. Buscan relaciones estables y tener hijos y crear familias. Pero batallan con las exigencias y normas de los sistemas de matrimonio, familia y empleo. Sus almas Índigo luchan por expresar sus esencias y permanecer leales a quienes son mientras todavía están logrando el “éxito” como es dictado por nuestra cultura.
El segundo grupo opta por “separarse”, y con frecuencia los individuos viajan extensamente, volviéndose un “ciudadano global” y batallando para establecerse en algún lugar. Estas personas con frecuencia no tienen una carrera o trabajo arreglados, y viven un alternativo estilo de vida que incluye las drogas. Mientras que con frecuencia claman ser felices, también están frustrados por su incapacidad económica para aspirar a esas actividades “normales” de crear una familia y contribuir a una comunidad.
Ambos grupos están intentando redefinir lo que significa ser un adulto en el mundo contemporáneo, y encontrar formas de vivir su verdad mientras encuentran la felicidad y la estabilidad como adultos. Son la generación que está definiendo nuevas elecciones y nuevas opciones para la vida adulta en la Nueva Tierra.

Destrucción de Sistemas : Los Índigo y el Sistema de Educación

El área de vida en comunidad donde los Índigo han tenido más efecto es el sistema de educación. Como se mencionó anteriormente, los Índigo, mayormente orientados por el lóbulo derecho del cerebro, son energéticos y activos. No les gusta quedarse sentados por largos periodos, que se les diga que hacer y aburrirse por tareas repetitivas que fracasan en retarlos. Ya que esto generalmente define la experiencia de la escuela, es obvio que los Índigo tendrán y causarán problemas.
La orientación del lóbulo derecho del cerebro quiere decir que muchos Índigo se esfuerzan por mantener el interés y enfocarse en un modelo educativo diseñado para la actividad orientada por el lóbulo izquierdo. Su necesidad por expresar su energía en movimiento y aliviar su aburrimiento quiere decir que están sin descanso y pueden ser destructivos. Cuando comienzan a caer en sus presiones, pueden llegar a estar estresados y ansiosos.
Los diagnósticos generales dados a los Índigo son DDA (Desorden de Déficit de Atención) y DDAH (Desorden de Déficit de Atención con Hiperactividad), los cuales son considerados como desórdenes de “disfunción cerebral mínima” por la medicina. El padre necesita elegir entre definir a su hijo con una etiqueta patológica, o aceptar que el niño representa el próximo paso en la evolución humana, y que no necesita ni quiere pasar 6 ó 7 horas al día sentando detrás de un escritorio y que le digan que pensar.
Enfrentémoslo – el sistema escolar arcaico y disfuncional. Las escuelas originalmente fueron diseñadas para educar a los niños de las clases altas, quienes tenían la riqueza y el tiempo para dedicarse a ocupaciones mentales como una señal de su superioridad. Gradualmente, en el siglo 19 y principios del 20, la educación se volvió universal.
Pero, ¿qué hace en realidad el sistema escolar? La mayoría de los Índigo están de acuerdo en que lo que se enseña en la escuela raramente es relevante en la vida real. Los confina a una experiencia mental o “mecánica”, y la mayoría de los Índigo quieren una experiencia de vida real para ser sus maestros.
Además, sentarse detrás de una banca de escuela por 6 horas al día es visto como no más que un entrenamiento para sentarse detrás de un escritorio de oficina por 8 horas al día o más, y la mayoría de los Índigo no tienen interés en ese camino de vida.
Las clases de la escuela moderna en Sudáfrica generalmente consisten de 30 o más niños y una maestra. El sistema funciona porque los niños están de acuerdo en ser controlados por la maestra. Sin embargo, como más y más niños Índigo dicen que no, el sistema comienza a decaer.
Quizá los Índigo nos están enseñando que hay mejores formas de aprender. Quizá, más allá de unas cuantas horas al día de letras y números básicos, el niño del futuro elegirá proyectos para continuar en la comunidad bajo la supervisión de los padres o maestros. Estos podrían estar orientados a la “vida real”, y ser de beneficio tanto para el aprendiz como para la comunidad.
Por lo pronto, más y más Índigos está diciendo no a la educación formal de la escuela.